Cuando la tripulación de un bote del Equipo de Seguridad Marítima de la Guardia Costera descubrió la situación, al notar la presencia de las autoridades, el adulto optó por saltar al agua y nadar hacia el lado mexicano del río.
La Guardia Costera de Estados Unidos rescató el martes pasado por la noche en el río Grande, cerca de McAllen (Texas), a ocho niños, cuyas edades oscilan entre los 6 y los 13 años. Estos menores se encontraban a bordo de una balsa desinflada junto con un adulto, que se presume era el contrabandista que los transportaba.
Cuando la tripulación de un bote del Equipo de Seguridad Marítima de la Guardia Costera descubrió la situación, al notar la presencia de las autoridades, el adulto optó por saltar al agua y nadar hacia el lado mexicano del río y dejó a los niños en una situación de peligro al abandonar la balsa desinflada.
Ante esta situación crítica, los miembros de la Guardia Costera actuaron rápidamente para rescatar a los niños y los aseguraron antes de que la balsa se hundiera por completo. Posteriormente, los entregaron a agentes de la Oficina de Aduanas y Protección Fronteriza para recibir la atención médica necesaria y ser procesados de acuerdo con las leyes migratorias.
Miles de migrantes deambulan por el río Bravo
El éxodo migratorio continúa en Ciudad Juárez mientras miles de personas, recién llegadas esta semana en el tren conocido como La Bestia, se encuentran atrapadas a lo largo de 10 kilómetros del río Bravo, que marca la frontera entre Juárez y El Paso, con la esperanza de cruzar hacia Estados Unidos.
Entre ellos se encuentra Luis Ortiz, quien llegó desde Venezuela en busca de un futuro mejor y enfrenta ahora la difícil situación en las orillas del río. El extranjero dijo a EFE su preocupación por la seguridad de los migrantes por la complejidad de la situación al intentar cruzar hacia el lado estadounidense.