En los últimos dos años, las autoridades de salud de NY han expandido mensajes sobre los riesgos para la salud mental en niños y adolescentes

Las madres que en la actualidad crían hijos adolescentes, enfrentan desafíos que no vivieron ni sus progenitoras, ni sus abuelas, en una era definida por los teléfonos inteligentes y las plataformas tecnológicas.Pero si se es inmigrante, en una ciudad como Nueva York, implica la sumatoria de muchos otros factores, en una urbe por definición muy competitiva y costosa. Ante una serie de evidencias científicas de estos “nuevos riesgos”, ya aquí las autoridades municipales y estatales, desde hace varios meses, han desplegado alertas muy claras, acerca de los perjuicios que encierra el uso de las redes sociales en la salud mental de los más jóvenes. Y, al parecer, cada vez más familias lo están entendiendo.

Los adolescentes que pasan hasta tres horas al día en redes sociales son más propensos a experimentar depresión y ansiedad, y el 73% de los adolescentes que han sufrido ciberacoso lo han experimentado en redes sociales, han remarcado en varias campañas las autoridades estatales de salud.

Para la inmigrante venezolana, residente de Queens, Adriana Malavé, con un hijo de 10 años, el teléfono de su hijo es una herramienta de comunicación necesaria, a la cual le ha puesto muchas restricciones. Y una de ellas precisamente, es que no tenga acceso a redes sociales. La “otra regla de mamá” es que todas sus actividades en ese “universo” que es la tecnología, deben ser supervisadas.

“Yo he logrado acuerdos y he puesto amorosamente normas muy claras. Obviamente para la educación moderna, un niño de hoy necesita acceso a las pantallas. Pero en mi caso muy personal, he tratado de dejarle claro que el acceso a ciertas plataformas, como TikTok, está prohibido para él”, comentó quien observa un mayor nivel conciencia en las madres jóvenes sobre estas amenazas. Tanto así, que recientemente ha conocido de familias hispanas, que ya imponen la norma “pantalla cero” para sus hijos pequeños.

Adriana sabe de lo que habla. Precisamente tiene una dilatada experiencia en marketing digital y se desempeña como creadora de contenidos para #venezolanosennewyork, una plataforma que comparte información valiosa para la diáspora de esa nación caribeña.

“Precisamente como mi mundo profesional, se basa en redes, he reflexionado mucho sobre los efectos que podría tener que un niño o un adolescente, tenga acceso temprano a ciertos sitios virtuales, donde hay información muy valiosa, aunque también hay un aluvión de contenidos negativos para la salud mental”, razonó la activista comunitaria.

Share.
Exit mobile version