La historia podría repetirse, pero no sería lo peor. Si otra pandemia afectara a la ciudad de Nueva York, su impacto en las comunidades no será uniforme, aprovechando las duras lecciones que dejó la pandemia de COVID-19. Por ello, de forma anticipada, el Departamento de Salud de la Ciudad de Nueva York (DOHMH) creó el Índice de Vulnerabilidad a la Influenza Pandémica (PIVI) analizando la posible exposición, susceptibilidad y acceso al tratamiento de cada condado.

Ya de manera clara, se tiene precisado, que las tres comunidades, en donde en este momento una nueva pandemia sería particularmente más devastadora, sería en El Bronx, específicamente en las localidades de Concourse, Fordham y Bedford Park.

“Los determinantes sociales de la salud en estas comunidades, como los bajos ingresos, la mayor probabilidad de carecer de acceso a la atención médica y vivir en viviendas de mayor densidad, aumentan el riesgo de transmisión de enfermedades virales”, fue la conclusión de la que realiza cada cinco años el DOHMH.

Esta iniciativa permite identificar, evaluar y abordar de forma proactiva las posibles amenazas para los residentes de la Gran Manzana.

La fuerza de la naturaleza

Pero en realidad, la conclusión más relevante de este informe, el cual mapea los riesgos para la salud pública, es que la principal amenaza, para los residentes de la ciudad, no es una nueva pandemia, ni infección viral, sino la furia de la naturaleza que podría presentarse en inundaciones debido al cambio climático.

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