El presidente Donald Trump firmó una serie de órdenes ejecutivas para impulsar la industria del carbón que está en declive desde hace tiempo en el país. Con esta iniciativa elimina los esfuerzos de los demócratas para frenar la fuente de energía que es un contaminante.
Con está orden, se permitirá que algunas centrales eléctricas de carbón antiguas, que están a punto de ser retiradas, sigan produciendo electricidad para satisfacer la creciente demanda energética de Estados Unidos, en un contexto de crecimiento de los centros de datos, la inteligencia artificial y los coches eléctricos, informó The Associated Press.
“El carbón es hermoso y limpio”, Trump
La industria del carbón ha estado en descenso desde hace décadas porque se buscaba reducir las emisiones nocivas de gases que provocan contaminación. Aunque para Trump el carbón es “hermoso y limpio”.
El carbón se considera el combustible fósil más contaminante e históricamente la mayor fuente de emisiones de gases de efecto invernadero.
La quema de combustibles fósiles, que libera dióxido de carbono y otros gases que retienen el calor en la atmósfera, es la principal causa del calentamiento global, explicó CBS News.
El presidente se presentó frente a mineros para mostrarles las órdenes ejecutivas, las cuales mantendrán abiertas algunas plantas de carbón que ya habían sido programadas para cerrar.
“Recuperamos una industria que estaba abandonada”
Trump ordenó al secretario del Interior, Doug Burgum, que reconociera la terminación del Jewel Mortarium, que suspendió la concesión de carbón en tierras federales. Y ordenó a su administración garantizar que las centrales eléctricas de carbón formen parte de la red eléctrica nacional, publicó USA Today.
“Estamos recuperando una industria que estaba abandonada”, expresó Trump. “Estamos poniendo fin de una vez por todas a la guerra de Joe Biden contra el carbón limpio”.
Las denuncias a las órdenes ejecutivas de Trump, surgieron de inmediato, entre ellas, la ex administradora de la EPA, Gina McCarthy, quien afirmó que la medida exacerbará el cambio climático y dañará la salud pública.