En el ruedo político de la Gran Manzana, los candidatos que aspiran a alguna posición de elección popular suelen considerar que dentro del proceso electoral para conquistar un cargo, lo más importante es triunfar en las primarias. A menos que algo extraordinario ocurra, la creencia es que quien gana esos comicios suele ganar las elecciones generales de noviembre

Esa ha sido una constante en el panorama político de la Ciudad de Nueva York desde hace varios años. Sin embargo, este 2025 ha estado plagado de eventos extraordinarios y situaciones atípicas, que harán que por primera vez en mucho tiempo, los resultados de las primarias no sean un medidor preciso que anticipe quién se convertirá en el próximo alcalde de la Ciudad para el 2026.

En palabras coloquiales, cualquiera de los candidatos puede ir “pa’l baile”, porque cualquier cosa puede pasar. La suerte no está echada.

Y es que gane quien gane las elecciones primarias del 24 de junio, tras las múltiples rondas de conteos que exige el sistema electoral de Nueva York, antes de declarar a un ganador, debido al voto por orden de preferencia, esta vez ni el más experto de los adivinos neoyorquinos podrá decir en un par de semanas: “Habemus Alcalde”.

Aunque las encuestas de último minuto muestran que la pelea más fuerte por la nominación demócrata se está cerrando cada vez más entre el exgobernador Andrew Cuomo y el asambleísta estatal Zohran Mamdani, no se puede descartar del todo que el contralor Brad Lander diera una sorpresa. Pero más allá de quien salga victorioso de las primarias con el boleto demócrata, esta vez, por lo menos los dos aspirantes que van a la delantera, muy seguramente se verán las caras de nuevo en noviembre.

Anticipando cualquier eventual resultado adverso, en mayo pasado, Cuomo anunció la creación de un partido político nuevo, y reveló que independientemente de si gana o pierde las primarias del martes 24 de junio, estará compitiendo por la Alcaldía en las elecciones generales de noviembre.

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